Y ahí me encontraba yo! Entre semana, el mismo lugar en transmilenio, transcurriendo el
tiempo como toda la gente de la capital, cada una preocupada por sus cosas, sus
problemas, sus deberes, el amor, el estudio, la familia en fin... cuantas
cosas…
De repente me fije en la ventana, mire todo ese camino que
siempre transcurso, y ahí estaban… sin
dueño, botados… tan solos!!... Un par de zapatos. Sus posiciones inusuales cada
uno dirigía su punta mostrando el norte y el sur. ¿Por qué estarían esos zapatos
ahí?, quizás algún indigente de esta gran ciudad los dejaría botados... o quizá
querrían decir algo…obviamente no podía bajarme y preguntar, iba tarde para
clase.
Pero esa inquietud me rondo todo el día, la semana... hasta
que como la mayoría de las cosas de las cosas que divisamos, se olvidó.
Un día, transcurriendo el tiempo en un transmilenio, volví a
divisar por la ventana, vaya sorpresa me lleve, eran un par de zapatos, pero
esta vez eran zapatos de mujer, inmediatamente los asocie con aquellos que había
visto hace unos días atrás. Estos nuevos zapatos estaban en la misma posición
de los anteriores.
Me volví a preguntar, ¿porque están esos zapatos ahí?, ¿el
mismo indigente los habrá colocado?, ¿querrá decir algo la posición de esos
zapatos?... ¿porque soy yo quien los ve?, o, ¿Por qué soy yo quien me
cuestiono?
Me baje del transmilenio en la misma parada donde se
encontraba cerca esos zapatos, camine
hacia ellos observando todo a mí alrededor, me creí una detective. Llegue al
frente de ellos, mire y en uno de estos zapatos había una pequeña nota. Observe si había alguien cerca, me agache a
cogerla, la cogí entre mis dedos, la abrí y la leí.
En esa hoja, un poco sucia, arrugada estaban escritas las
siguientes palabras:
¡Amor!. Sea de norte
a sur, de sur a norte, de occidente a oriente, de oriente a occidente, a donde
vayas, a donde mires, a donde bajes, a donde subas estaré recorriendo tus pasos
junto a ti.
Alce mis rostro y estaba él, él… corrí a su lado, lo abrace! Nos hundimos en un largo
beso y en ese beso desperté!
------¡Maldita sea!----------
Maldita sea despertar, sabiendo que no estás. Maldita sea,
sabiendo que jamás volverás, sabiendo que muerto estas. Los muertos jamás
vuelven, no se encuentran caminando entre calles, saludando a vecinos, transcurriendo
en el tiempo para llegar a sus destinos.
¡No!, los muertos no vuelven. No dejan un juego de zapatos para que una
mortal descifre lo que quieren decir. O si?...
¿Estas muerto?... Si..., pero sigues vivo en mi corazón.
Quizás sea una loca y me este imaginando todo. Pero algo si es verdad esos
zapatos estaban allí, en esas posiciones. Yo los vi.
2010-03-12
No hay comentarios:
Publicar un comentario