lunes, 23 de junio de 2014

De días a meses… a cierres.


Día 1
Hoy no quiero hablarte… pero está  esa sensación de buscarte, de decirte bobadas para tan solo saber que estás ahí.
Hoy no quiero buscarte… pero está esa sensación de que sigas en mi vida.
Por mas adiós mi mente no te olvida, huellas de memoria se activan y recuerdan las cosas que pasaron.
Hoy no quiero buscarte, maldita sea mi falta de control.
Rabia infinita…

Día 1. Lo superé.

Día 2.
11:42 hasta ahorita lo recordé, justo cuando leo la frase: “Por favor, no me vaya a enamorar. Yo soy un desastre cuando amo… ” de Pavel Stev. Fue como una inyección, letras entrando y proyección apareciendo,  empieza mi cerebro a solicitar el actuar directamente hacia su ventana… partes encontradas, he estado cerca pero ahorita no lo haré.
La música puede hacer lo que la mayoría de cosas no logra, distraerme…
Ahora que lo pienso entro, lo hago rápido, en mi mente imagino: entre más rápido actué mi mente no podrá parar y ahí está.

Día 2. He caído de nuevo.

Día 3.
Simplemente caí, simplemente te busqué, simplemente eso…

Día 4.
Conflictos internos, un desconcierto conmigo misma, es como desubicación, como no entender… ¿qué me pasa?
Relacionar lo que dices, caer en el vacío que acompaña tu soledad (…) lágrimas en mis ojos y no entiendo por qué, bueno, no quiero asimilar lo que no tenía contemplado, lo que ante los ojos de unos no está aceptado, lo que ante mis ojos no contemplaba.

Precisamente él, tenía que ser un él.

Te dormiste… te alejaste… párpados cerrados y una mano diciendo adiós. Lo mejor, dejarme ir; lo peor, aún sigo aquí…

Día 4. Caí, una de las peores hasta el momento.

Día 5.
El grito juzgando mi actitud, la centralización, el estrujón que hizo que todo se acomodara… una mente llena de nubes grises, desesperación por encontrar la salida… me acerco a la luz.

Día 5, ¡qué más da…!

Día 6.
Ni sé que ha sucedido, me siento perdida en el tiempo… añorando un recuerdo que en parte no fue recordado.
Una decisión definitiva, quiero encontrar el final de la luz.

Día 6. Inconscientemente consciente lo hice, lo busqué… pero esa rabia sobre mi misma fue el punto final.

Día 7.
Empieza a disminuir, una perdida se consolida… era eso…  sin embargo, cuando llega tu imagen es una puñalada en mi cabeza, en mi pecho… malditas metáforas. Malditas sensaciones.

Día 7. Empiezo de nuevo, lo superé… aun no canto victoria, ya pasó una vez.

Día 8.
Ni vas, ni vienes… apareces antes de quedarme dormida en el largo viaje de regreso a casa.
Es una sensación de no necesitarte pero como eso no puede pasar, te recuerdo.

Día 8. Un día más sin buscarte.

Día 9.
Ni vas, pero si vienes… nada nuevo todo igual. Y ahora la sensación de: << la acabas de cagar… >> cuando será el día en que lo superaras… ¡idiota!

Día 9. Volví pero nada nuevo vi.

Día 15.
He perdido contra mí misma…
lo extraño no voy a decir que no, me hace una falta inmensa.
Me ha dejado de buscar (si es que se puede decir de alguna forma porque vive apareciendo en mi mente), llevo mucho tiempo sin tener contacto, él definitivamente se alejó de mí. .. y aunque me duele…
-          Pienso que es lo mejor.

Día 76
Después de todo, llego al mismo punto… aburrición, cansancio de la misma situación. He de aceptar que en mi primera meta había decaído y que hice todo lo contrario a lo que había planeado; todo eso para darme cuenta que vuelvo al mismo punto… ¡¡¡Joder!!! Todo pasa pero nada me ata… sé un todo y no me muevo por mi maldita necesidad… solo queda esperar.

Día 76 después de re-encontrarnos, sé que no das para más.

Día 87
Ya todo acabó, es más… la interacción dinámica entre pensamientos, emociones y sentimientos dejó de dar el mismo resultado que acomodaba (lo cual referiré así) mi dimensión existencial; sin embargo mi cuerpo está enseñado a eso y quiere retomarlo pero sin tener fruto alguno, lo dije: ya no das más, ya no me das más, ya no quiero más… eso, ya no quiero más de aquello que generabas en mí. Y por más que piense y me forjé el sentir aquel vacío que solo una vez sucedió, la relación no da para eso y no existe para generarme más depresión.

Día 87
Como buena viciosa quiero más, pero el resultado ya no es igual.

Día 93
Finalmente, he aceptado un ciclo más… experiencias en mi vida, qué mayor placer el poder superar y aprender, aprender que me puede pasar, que aunque la sociedad no lo acepte, lo viví y más… que pude conocer otra parte de mí; sin embargo, sigo por el camino de mi vida, lleno de exóticos componentes los cuales ni idea como se sentirán.
Retomo mi pasado, lleno de negación, tristeza, cólera… rabia contigo, conmigo, la renuncia a una realidad que ya no es posible y concluyo: Para eso experimentamos, sentimos e incluso nos enamoramos… y el sufrir hace parte de eso, ¿por qué? Claramente aun no tengo una respuesta definitiva, pero algo que hace parte de esa conclusión es <<para saber y estar segura de que sigo viva… VIVA con todo lo que esa palabra de  cuatro letras conlleva, vivaaaaaa…>>
Aceptación es saber que eso que pasó no se olvidará, pero no es más.

Gracias… a él.




No puedes exigir a otro lo que tú quieres que sea, por más de que quieras jamás sabrás lo que esa persona siente… todo es un conflicto interno entre demandas y falta de contemplación.


domingo, 15 de junio de 2014

Cuenta regresiva

                              Y él llegó como todo a mi vida, sin previo aviso y marcando con su presencia cada momento que se aparecía frente a mí… cada momento que me acercaba poco a poco a conocerlo, cada momento que compartía con él.

Y bueno, en sí todas las personas que se presentan a mi vida dejan huella, valoro cada momento su presencia… sin embargo, a él le concederé este espacio para narrar una más de mis historias y de lo que ha generado en mí, aun no entiendo ese mecanismo de los sentimientos y por eso me generaba gran curiosidad lo que podía llegar a pasar en mi vida con su presencia, que producía tantas cosas dentro y fuera de este ser.

<<Te he dedicado algunos de mis escritos, aun sabiendo, no los lees…>>

Sin embargo, llegó el momento en que me desboronaba, de a pedacitos… eso sentía cuando me encontraba conmigo misma encerrada en cuatro paredes y pudiendo explotar ante todo lo que estaba sucediendo; dejaba que mi alma saliera y fuera lo que es, un alma débil envuelta en una armadura mostrando que nada podría derrumbarme y menos tú, pero sobre todo menos yo.

Por eso, empecé a decidir… seguir con esto, ¿qué importaba?, igual lo disfrutaba y eso jamás lo negaré. Sin embargo, fueron apareciendo los pensamientos y las emociones que yo misma enterraba en mi existencia y que día a día me causaba un daño lastimero; por más que decía –no lo haré- o –es solo superación, decisión propia- no podía dejar de rumiar dichos pensamientos y dejar de clavar mi angustia; llegó al punto que lo que había imaginado placentero, empezó a desgastarme, aumentó la angustia y la desesperación de enfrentarme al espejo y reconocer que era yo la misma que me hacía daño.

Es hora de centrarme en esta realidad, dejar de volar… no, dejar de volar con alas falsas y aprenderé a volar con las mías; recuerdo que un amigo me dijo: “escríbele, escribe… saca eso que tienes dentro y así eso que piensas, se irá, descargarás de una vez todo”- pero ahí en ese momento entendí, que era yo la que quería seguir en ese placentero sufrimiento, -No, quiero.- esa fue mi respuesta.

Ahora, me encuentro en el punto en el cual mi amigo me había recomendado “descargando y cerrando” he llegado aquí, al sentirme aplanada, ya no me generas la sensación que alteraba los niveles de emoción, al contrario aburres… y es eso, el aburrimiento hace que muchas veces podamos cerrar los capítulos de nuestra vida, aburrimiento, falta de interés en eso, falta de sentido… eso… se perdió ese sentido.

Sin sentidos en la vida, no podemos vivir… bueno algo así dice la frase, y de esa forma empieza la puerta a cerrarse.