Día 1
Hoy no quiero hablarte… pero está esa sensación de buscarte, de decirte bobadas
para tan solo saber que estás ahí.
Hoy no quiero buscarte… pero está esa sensación de que sigas
en mi vida.
Por mas adiós mi mente no te olvida, huellas de memoria se
activan y recuerdan las cosas que pasaron.
Hoy no quiero buscarte, maldita sea mi falta de control.
Rabia infinita…
Día 1. Lo superé.
Día 2.
11:42 hasta ahorita lo recordé, justo cuando leo la frase: “Por favor, no me vaya a enamorar. Yo soy un desastre cuando amo… ” de Pavel
Stev. Fue como una inyección, letras entrando y proyección apareciendo, empieza mi cerebro a solicitar el actuar
directamente hacia su ventana… partes encontradas, he estado cerca pero ahorita
no lo haré.
La música puede hacer lo que la mayoría de cosas no logra,
distraerme…
Ahora que lo pienso entro, lo hago rápido, en mi mente
imagino: entre más rápido actué mi mente no podrá parar y ahí está.
Día 2. He caído de
nuevo.
Día 3.
Simplemente caí, simplemente te busqué, simplemente eso…
Día 4.
Conflictos internos, un desconcierto conmigo misma, es como
desubicación, como no entender… ¿qué me pasa?
Relacionar lo que dices, caer en el vacío que acompaña tu
soledad (…) lágrimas en mis ojos y no entiendo por qué, bueno, no quiero
asimilar lo que no tenía contemplado, lo que ante los ojos de unos no está
aceptado, lo que ante mis ojos no contemplaba.
Precisamente él,
tenía que ser un él.
Te dormiste… te alejaste… párpados cerrados y una mano
diciendo adiós. Lo mejor, dejarme ir; lo peor, aún sigo aquí…
Día 4. Caí, una de
las peores hasta el momento.
Día 5.
El grito juzgando mi actitud, la centralización, el estrujón
que hizo que todo se acomodara… una mente llena de nubes grises, desesperación
por encontrar la salida… me acerco a la luz.
Día 5, ¡qué más da…!
Día 6.
Ni sé que ha sucedido, me siento perdida en el tiempo…
añorando un recuerdo que en parte no fue recordado.
Una decisión definitiva, quiero encontrar el final de la
luz.
Día 6. Inconscientemente
consciente lo hice, lo busqué… pero esa rabia sobre mi misma fue el punto
final.
Día 7.
Empieza a disminuir, una perdida se consolida… era eso… sin embargo, cuando llega tu imagen es una
puñalada en mi cabeza, en mi pecho… malditas metáforas. Malditas sensaciones.
Día 7. Empiezo de
nuevo, lo superé… aun no canto victoria, ya pasó una vez.
Día 8.
Ni vas, ni vienes… apareces antes de quedarme dormida en el
largo viaje de regreso a casa.
Es una sensación de no necesitarte pero como eso no puede
pasar, te recuerdo.
Día 8. Un día más sin
buscarte.
Día 9.
Ni vas, pero si vienes… nada nuevo todo igual. Y ahora la sensación
de: << la acabas de cagar… >> cuando será el día en que lo
superaras… ¡idiota!
Día 9. Volví pero
nada nuevo vi.
Día 15.
He perdido contra mí misma…
lo extraño no voy a
decir que no, me hace una falta inmensa.
Me ha dejado de
buscar (si es que se puede decir de alguna forma porque vive apareciendo en mi
mente), llevo mucho tiempo sin tener contacto, él definitivamente se alejó de
mí. .. y aunque me duele…
-
Pienso que es lo mejor.
Día 76
Después de todo, llego al mismo punto… aburrición, cansancio
de la misma situación. He de aceptar que en mi primera meta había decaído y que
hice todo lo contrario a lo que había planeado; todo eso para darme cuenta que
vuelvo al mismo punto… ¡¡¡Joder!!! Todo pasa pero nada me ata… sé un todo y no
me muevo por mi maldita necesidad… solo queda esperar.
Día 76 después de
re-encontrarnos, sé que no das para más.
Día 87
Ya todo acabó, es más… la interacción dinámica entre
pensamientos, emociones y sentimientos dejó de dar el mismo resultado que
acomodaba (lo cual referiré así) mi dimensión existencial; sin embargo mi
cuerpo está enseñado a eso y quiere retomarlo pero sin tener fruto alguno, lo dije:
ya no das más, ya no me das más, ya no quiero más… eso, ya no quiero más de aquello
que generabas en mí. Y por más que piense y me forjé el sentir aquel vacío que
solo una vez sucedió, la relación no da para eso y no existe para generarme más
depresión.
Día 87
Como buena viciosa
quiero más, pero el resultado ya no es igual.
Día 93
Finalmente, he aceptado un ciclo más… experiencias en mi
vida, qué mayor placer el poder superar y aprender, aprender que me puede
pasar, que aunque la sociedad no lo acepte, lo viví y más… que pude conocer otra
parte de mí; sin embargo, sigo por el camino de mi vida, lleno de exóticos
componentes los cuales ni idea como se sentirán.
Retomo mi pasado, lleno de negación, tristeza, cólera… rabia
contigo, conmigo, la renuncia a una realidad que ya no es posible y concluyo: Para
eso experimentamos, sentimos e incluso nos enamoramos… y el sufrir hace parte
de eso, ¿por qué? Claramente aun no tengo una respuesta definitiva, pero algo
que hace parte de esa conclusión es <<para saber y estar segura de que
sigo viva… VIVA con todo lo que esa palabra de
cuatro letras conlleva, vivaaaaaa…>>
Aceptación es saber que eso que pasó no se olvidará, pero no
es más.
Gracias… a él.
No puedes exigir a otro lo que tú quieres que sea, por más
de que quieras jamás sabrás lo que esa persona siente… todo es un conflicto
interno entre demandas y falta de contemplación.