Y él llegó como todo a mi vida, sin previo aviso y
marcando con su presencia cada momento que se aparecía frente a mí… cada
momento que me acercaba poco a poco a conocerlo, cada momento que compartía con
él.
Y bueno, en sí todas las personas que se presentan a
mi vida dejan huella, valoro cada momento su presencia… sin embargo, a él le concederé
este espacio para narrar una más de mis historias y de lo que ha generado en mí,
aun no entiendo ese mecanismo de los sentimientos y por eso me generaba gran curiosidad
lo que podía llegar a pasar en mi vida con su presencia, que producía tantas
cosas dentro y fuera de este ser.
<<Te he dedicado algunos de mis escritos, aun
sabiendo, no los lees…>>
Sin embargo, llegó el momento en que me desboronaba,
de a pedacitos… eso sentía cuando me encontraba conmigo misma encerrada en
cuatro paredes y pudiendo explotar ante todo lo que estaba sucediendo; dejaba
que mi alma saliera y fuera lo que es, un alma débil envuelta en una armadura
mostrando que nada podría derrumbarme y menos tú, pero sobre todo menos yo.
Por eso, empecé a decidir… seguir con esto, ¿qué
importaba?, igual lo disfrutaba y eso jamás lo negaré. Sin embargo, fueron
apareciendo los pensamientos y las emociones que yo misma enterraba en mi
existencia y que día a día me causaba un daño lastimero; por más que decía –no
lo haré- o –es solo superación, decisión propia- no podía dejar de rumiar
dichos pensamientos y dejar de clavar mi angustia; llegó al punto que lo que
había imaginado placentero, empezó a desgastarme, aumentó la angustia y la
desesperación de enfrentarme al espejo y reconocer que era yo la misma que me
hacía daño.
Es hora de centrarme en esta realidad, dejar de
volar… no, dejar de volar con alas falsas y aprenderé a volar con las mías;
recuerdo que un amigo me dijo: “escríbele, escribe… saca eso que tienes dentro
y así eso que piensas, se irá, descargarás de una vez todo”- pero ahí en ese
momento entendí, que era yo la que quería seguir en ese placentero sufrimiento,
-No, quiero.- esa fue mi respuesta.
Ahora, me encuentro en el punto en el cual mi amigo
me había recomendado “descargando y cerrando” he llegado aquí, al sentirme
aplanada, ya no me generas la sensación que alteraba los niveles de emoción, al
contrario aburres… y es eso, el aburrimiento hace que muchas veces podamos
cerrar los capítulos de nuestra vida, aburrimiento, falta de interés en eso,
falta de sentido… eso… se perdió ese sentido.
Sin sentidos en la vida, no podemos vivir… bueno
algo así dice la frase, y de esa forma empieza la puerta a cerrarse.
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