martes, 9 de septiembre de 2014

Las Gracias de la Vida

Aun muero de risa, pensando que creías iba a actuar de la forma como tú querías, creo que en tu vida te han mal acostumbrado pero déjame decirte: las cosas no son necesariamente en la misma tinta, ni forma de letra que quieres que suceda la historia.

Y quizás esté reflejando la imposición de mi poder sobre las situaciones, eligiendo el son que mejor adorne el momento que vivencio, pero por mí misma he aprendido que en la caja de sorpresas puede aparecer desde una bola de nieve, hasta un grano de arena, e incluso hasta el océano entero… todo depende de quien introduzca la mano en esa caja, en quien aparezca para arriesgarse a vivir esa experiencia.

A veces queremos sacar la misma arena, una, dos, cinco, treinta veces, se introduce la mano,  pero no encontramos eso que tanto anhelamos, eso que una vez vivenciamos; otras veces, queremos encontrar otra cosa, pero la misma arena aparece.

Por otro lado, es gracioso, que cuando queremos algo, eso que llaman paciencia debe generarse a un cien por ciento para obtenerlo, pero esperar a que las cosas se carguen 100% genera el mal del ser humano… la angustia.

En consecuencia, te hartas, nos hartamos  y echamos todo a la borda: “ni por el putas quiero saber de eso”; y luego, lloras, lloramos porque no pudo ser; y así, sientes y sentimos ese mal sabor en el alma por todo lo que no sucedió, y eso a lo que llaman “bueno en la vida” desaparece y creemos es la catástrofe de todo lo que consideramos y dimensionamos en ese momento; entonces, de la nada aparecen unas voces que nos hacen sentir peor… “las cargas” y aquel mal sabor aumenta hasta el punto que realmente estallamos.

No es la primera vez que querrás encontrarte con alguien o algo que tanto esperas, ni que se aleje de la nada de ti. No es la primera vez que generes curiosidad pero que por tus actitudes, aquella persona se aleje… Y si, quizás esto no sirve de mucho, es una excusa para decirte:

“disfruta… hasta de lo malo” Y para hacerte compañía, yo me diré también, “disfruta… hasta de lo malo”… un te quiero olvidado en el olvido.


                         Existió un momento en el que te extrañaba…



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