Y no lo había entendido hasta hoy…
Mi cuerpo sigue esperándote y mis labios siguen esperando
los besos dulces, esos besos que no los lastimaran.
Hasta hoy entendí que después de cada beso, mis labios se
queman, se resecan; son alérgicos a esos labios, a esos besos… ellos saben que
no son los indicados.
¡Pero qué más da!
Quizás, solo quizás… cuando llegues no suceda, o si no, es
definitivo: Soy alérgica a los besos, además del aire, el sol… de todo, de
vivir. Y entonces ese sería el momento de desgarrar en lágrimas… a menos que
sea alérgica también.
De qué sirve una vida si no estarás, si hasta tu presencia
me puede llegar a quemar.
Pero bueno, no pensaré eso… anhelaré como todos, anhelaré
encontrarte ¿cómo?, ¿Dónde? (…) no lo sé.
Juro amarte… si puedo amar y no soy alérgica a eso.
Y si lo soy, moriré hasta que yo misma me mate.
Quiero besarte, amarte, tocarte… sentirte…
Darte un beso, vivir momentos, pelear hasta el punto de que
mi cuerpo reviente de pasión. Contarte mis pensamientos, mis locuras letras,
mis proyectos y mis gustos. Alocarme cada día porque como yo, no soy la misma
todos los días… que te guste.
Así
muera por ti, veneno… daría cualquier cosa por vivir junto a ti, así sea una
céntima de vida.
¡Qué grandioso desaparecer por ti!
Qué bien, escribes de una manera que transporta.Mil felicitaciones y un abrazo desde Sogamoso.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu apreciación.
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