jueves, 7 de agosto de 2014

Alergia


Y no lo había entendido hasta hoy…

Mi cuerpo sigue esperándote y mis labios siguen esperando los besos dulces, esos besos que no los lastimaran.
Hasta hoy entendí que después de cada beso, mis labios se queman, se resecan; son alérgicos a esos labios, a esos besos… ellos saben que no son los indicados.

¡Pero qué más da!

Quizás, solo quizás… cuando llegues no suceda, o si no, es definitivo: Soy alérgica a los besos, además del aire, el sol… de todo, de vivir. Y entonces ese sería el momento de desgarrar en lágrimas… a menos que sea alérgica también.
De qué sirve una vida si no estarás, si hasta tu presencia me puede llegar a quemar.

Pero bueno, no pensaré eso… anhelaré como todos, anhelaré encontrarte ¿cómo?, ¿Dónde? (…) no lo sé.
Juro amarte… si puedo amar y no soy alérgica a eso.
                                                                    
                  Y si lo soy, moriré hasta que yo misma me mate.


Quiero besarte, amarte, tocarte… sentirte…
Darte un beso, vivir momentos, pelear hasta el punto de que mi cuerpo reviente de pasión. Contarte mis pensamientos, mis locuras letras, mis proyectos y mis gustos. Alocarme cada día porque como yo, no soy la misma todos los días… que te guste.

                                                                       Así muera por ti, veneno… daría cualquier cosa por vivir junto a ti, así sea una céntima de vida.

                                       ¡Qué grandioso desaparecer por ti!





2 comentarios:

  1. Qué bien, escribes de una manera que transporta.Mil felicitaciones y un abrazo desde Sogamoso.

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