Y empiezo con este escrito de Fer Dichter:
“¿Sabes?,
Aún extraño esos momentos que nunca vivimos, tantos recuerdos que jamás
escribimos. Sí, aún te extraño.
Extraño nada y tanto de ti, tan poco de eso, que a veces me diste. Extraño una
parte de mí, esa que se fue contigo. No te voy a mentir te extraño, te extraño
como a nadie, pero... de extrañar no se vive.
Extraño darme cuenta que son tus recuerdos lo único que me queda de ti pero
también sé que podré olvidar eso que nunca fuimos y en el silencio perdido, me
fumaré tu recuerdo olvidado.
Quisiera arrancarte de raíz, pero ya perdí la
cuenta de todas esas veces que he dicho que ya no te volveré a recordar.
Siempre me miento y a veces no me entiendo, sobre todo cuando digo algo
diferente a lo que estoy sintiendo. Ahora, sé que todo aquello que nunca fuiste
para mí, se queda de aquél lado, aquél que algunos llamamos pasado.
Tal vez quisiera que cuando pasen los años me
recuerdes, sonrías sin darte cuenta y que lo primero que quieras sea volver a
verme, porque sé muy bien que fue el adiós, quien se robó nuestra historia.
Solo me queda decirte que si por pura casualidad o
por cosas del destino un día nos volvemos a encontrar, finjamos que no pasó
nada, a ver si vuelve a pasar, porque tú y yo tenemos unos recuerdos pendientes
por terminar.... — Fer Dichter”
…
Quiero contener el dolor, solo un poco más.
…
No digas que: “de esa agua no beberé, porque es la primera que vas a beber” Y yo
soy de las que me tiro en plancha a ese pozo a extasiarme con ese tipo de agua.
Después de tanto tiempo, me siento un poco tonta, un poco
tímida por volver a mis letras, aquellas que adornan y alegran mi alma ¿Por qué
no lo había vuelto a hacer? La respuesta siempre será la misma: no quería
escribir sobre él. Sin embargo la pasión llama y como todo lo que debo superar,
inicio; agarro el pc y expreso, mis dedos empiezan a hablar de ti, a expresarte.
Eres de esas personas que siempre quisiera tener presente,
claramente, si mi memoria no fuera tan juguetona, se hace la loca y olvida las
compras, la agenda del día y en muchas ocasiones me pone en vergüenza olvidando
el nombre de la persona que tengo al lado. Claro y si pudiera ¿Por qué quisiera tenerte presente? Porque
tienes esa maravilla que me cautiva ¿Qué es? No lo sé, solo sé que podía
perderme en tu mirada y aguantar los “silencios incómodos” podía sonreír a cada minuto con tus frases pendejas o con tus vacíos de letras, podía dejar jugar a
mis manos libremente, dejar fluirme con la confianza que producías. Podía
incluso dejar de temerle a las horas y a la soledad de la noche, dejar de
temerle a mis pensamientos catastróficos,
podía dejar
de temerle a imaginar una y mil citas, una y mil aventuras y creo eso fue la
ruina de todo, eso fue lo que puso final a lo que nunca fue. La maldición se
cumplió, estábamos malditos por el tiempo y espacio… entonces ¿qué más se podía hacer?
Es imposible pedir ser animales inexistentes, viajar a
planetas no conocidos, incluso poder pasar los 200 años y poder conocer una
sociedad decadente o un paraíso inexistente… así mismo, es de imposible eso
entre tú y yo; y si algún día esto pudiera suceder créeme que no nos alcanzaría la vida para verlo.
La frase fue: <<es pecado todo aquello que te haga
caer>> fuiste el maravilloso pecado que me permití. Créeme que a la final
no hay malos en la historia, no hay monstruos malvados que aprovecharon el
descuido de su víctima, no hay culpas unilaterales y como siempre he dicho: tu y yo tenemos la
responsabilidad. Y si, quizás haya recuerdos sin terminar pero de vez en
cuando, analizaré lo recorrido, cuando quiera reírme de mi pasado o incluso
tomar cosas para seguir.Tus besos y caricias no fueron en vano, tus largos
abrazos y miradas profundas tampoco, palabras sin sentido cargadas de todo el
sentido que pudo existir, menos, a fin de cuentas: “GRACIAS, es una buena forma de decir adiós”… y ahí
estará lo vivido contigo.