Y era así como en esa noche, ella pensaba por qué se sentía
de tal forma… pensaba que quizás no pertenecía a este mundo y en otras pensaba
que el mundo no pertenecía a este lugar…
Se sentía de una forma tan extraña, se miraba al espejo y no
se reconocía ¿habría cambiado en algo? Los años no pasan solos, pero eso no era
lo que sentía, simplemente no se hallaba, acaso ya habría crecido, ¿es eso lo
que se siente cuando los aprendizajes de la vida empiezan a pesar, empiezan a
sentirse?
…
Y lo miraba, no podía entender cómo pudo hacerlo, cómo pudo
enamorarse de un extraño, un ser que sin conocer empezó a tener tanto protagonismo
en su vida, ¿acaso quién era?... sin embargo, no llegaría jamás a tomar el
lugar del otro ser, ese ser que aunque jamás en su vida haya visto, jamás haya
conversado con él, jamás lo haya tocado… extrañaba, ¿Cómo se puede extrañar
alguien que no sabes quién es?, ¿a quién diablos estoy extrañando?, es así,
extraño a alguien que aún no conozco.
A veces la vida no es tan superficial como el sol que te
impregna la piel o la lluvia que recorre tu rostro hasta que se va… a veces no
es simplemente mirar al otro y verle los ojos color café y ya, y tampoco es ver
el cansancio de su día laboral… a veces, no es simplemente rozar brazo con
brazo y abrirte campo en la calle para seguir caminando, es mucho más que eso,
es empezar a deleitarse con el sin fin de gente nueva que ves a diario y que
tiene una vida entera por la que han transcurrido derrotas, amores, tristezas,
alegrías… es darte cuenta que transcurres por un mundo que guarda sigilosamente
infinidad de secretos, de esos que si lo piensas no llegarías a entender porque
qué carajos, ¿cómo puede suceder eso?
Es impresionante cómo andamos por la vida como si nada,
viviendo, caminando y llegando a nuestros lugares pero que un día, un solo día
paramos y nos detenemos a observar, a pensar qué es eso que siempre
transcurrimos, miramos el árbol que siempre estaba allí pero que hoy se ve
incomparablemente radiante adornado por un grandioso arco iris y a más de 10
metros otro árbol frondoso dando la bienvenida a un nuevo día. En fin pura palabrería, pero volviendo a lo
mismo, a veces llega ese día, el día donde cuestiono el sentimiento que habita
en mí, por un alguien que ¡jum! pueda exista o pueda no… mi gran delirio… así
lo llamare… mi gran delirio serás tú.
Y el otro será mi gran idealización, maldita maña el seguir
idealizando seres naturales y darle grandes características… en fin creo es un
juego que ocupa el tiempo, así se puede hacer algo divertido, sin embargo
empiezas a perder la magia y empiezo a verte como eres en realidad, empiezo a
abrir mis ojos y empiezo a maravillarme del ser que eres, pero quitando el
interés personal por pensar día y noche en ti.
Al fin y al cabo eso somos un devenir de situaciones y
experiencias, un vaivén de deseos, de pasiones, de alegrías y de vivencias…
transcurriendo hasta que llegue el día de detenernos y pensar, un día, solo un
día entre tantos… el gran momento para tener en mente a mi gran delirio…